Los niños tienen diferentes habilidades y potencialidades, por ello es importante que los padres las identifiquen y las refuercen con simples juegos y dinámicas.

La idea de que todos los niños tienen o deben tener las mismas habilidades y destrezas quedó en el pasado. Aún en la mayoría de colegios se continúa aplicando el mismo sistema educativo, en el que los pequeños reciben la clásica clase con el profesor delante del pizarrón y en el que todos son evaluados de la misma forma. Es decir, enfocado únicamente en los resultados académicos, habilidades lingüísticas y lógico matemáticas.

Sin embargo, la ciencia señala que existen ocho tipos de inteligencias, las cuales pueden ser explotadas en cada niño. La aplicación de esta teoría en las aulas de clase implica cambiar la metodología tradicional y conocer las capacidades y destrezas de manera individual en cada estudiante.

A pesar de que ya existen algunos centros educativos que están teniendo en cuenta este enfoque, es muy importante que desde la comodidad de la casa los padres de familia puedan reforzar el trabajo de los maestros ayudando a sus niños y adolescentes en el desarrollo de las múltiples inteligencias que ellos tienen.

Los especialistas de Ediciones Corefo nos señalan cuáles son estos tipos de inteligencia y de qué forma el papá o la mamá puede ayudar a estimularlas:

Inteligencia lógico-matemática. Esta consiste en la capacidad que tienen los niños para resolver los problemas de matemáticas o de lógica y a la facilidad con la que los resuelven. Ejercicios de clasificación de objetos por color, tamaño, forma; juegos de construcción, de lógica y matemáticos.

Inteligencia espacial. Este tipo de inteligencia se relaciona directamente con la capacidad que tienen los niños para procesar mentalmente lo que perciben con la vista. Es decir, la habilidad para poder orientarse dentro de un lugar. Se puede animar a los escolares a dibujar, escribir y pintar con todo tipo de materiales e introducirlos en las artes gráficas mediante libros y productos audiovisuales (videos, animaciones, apps, etc.)

Inteligencia musical. La inteligencia musical se refiere a la capacidad que tienen los niños para analizar el sonido y reproducirlo de diferentes formas. Podemos favorecerla con el aprendizaje de algún instrumento musical para que refuercen su capacidad de distinguir, transformar y expresar el ritmo y tono de los instrumentos. También se le puede enseñar a cantar con algún profesor especializado.

Inteligencia corporal y cinestésica. Se trata de una inteligencia básica, cuyo desarrollo es necesario para poder realizar actividades que pueden ser estimulados con juegos y dinámicas de fuerza, rapidez, precisión, flexibilidad, coordinación óculo-manual y equilibrio. Los juegos en los que se relacione con su cuerpo como el de “Aprendo a vestirme” o el juego de reconocer y guiar las emociones son perfectos para conocer el cuerpo y desarrollar la inteligencia corporal.

Inteligencia intrapersonal. Se refiere a la capacidad que desarrollan los niños de auto-comprensión, de conocer cuáles son sus debilidades y sus fortalezas, de saber quiénes son ellos mismos, etc. Aprender buenas conductas y saber cómo comportarse en cada situación les puede ayudar a conocer cuáles son sus debilidades. Para ello, los juegos de educación en valores son muy apropiados.

Inteligencia naturalista. Es la que se refiere directamente con la capacidad que tienen los niños para respetar y sensibilizarse con la naturaleza. Podemos favorecerla mediante juegos, ayudándoles a distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales y plantas. 

Inteligencia interpersonal. Este tipo de inteligencia se refiere al grado de facilidad que tienen los niños para liderar, resolver conflictos, saber organizar, etc. Es de gran utilidad enseñarles a saber distinguir y percibir el estado de ánimo de los demás y responder de manera asertiva a dichas circunstancias.

Inteligencia lingüística. Desde casa se les puede favorecer pidiéndoles que redacten historias sobre algún paseo, leerles cuentos y compartir novelas con los niños más grandes, jugar con las rimas, hacer trabalenguas y facilitar el aprendizaje de algún idioma. Además, se les puede potenciar el aprendizaje de idiomas y emplear juegos de mesa que usen palabras (tipo Scrabble).