Vigilante.pe conversó con el profesor de Negocios Internacionales de la Universidad del Pacífico, Juan Carlos Ladines, para comprender el inicio del conflicto palestino-israelí, el cual se ha cobrado la vida de miles de civiles inocentes, y analizar las posturas de países occidentales sobre el uso de armas para librar una batalla con un fuerte componente religioso y cultural.

El pasado 7 de octubre, Israel sufrió una serie de ataques terroristas en simultáneo por parte de Hamás, grupo radical que tomó posesión de la Franja de Gaza en 2006. Si bien estos atentados tienen como principal enfoque rechazar el Estado judío fundado en mayo de 1948 luego de que los países vencedores de la Segunda Guerra Mundial así lo decidieran, lo cierto es que también existe un fuerte componente religioso y cultural que influye en las decisiones de ambos bandos.

 

Para comprender a detalle cómo se desarrolla este conflicto, el internacionalista Juan Carlos Ladines comentó a Vigilante.pe los posibles motivos que refuerzan esta narrativa. Asimismo, analizó cómo esta noticia es adoptada por países de occidente, tal es el caso de Estados Unidos, Inglaterra o China.

 

¿Las fuerzas militares israelíes no previeron el ataque del 7 de octubre?

Lo que ocurrió en estos últimos 10 días fue un ataque que agarró desprevenido al sistema de seguridad de Israel, el cual se caracterizaba por tener un sistema de defensa e inteligencia muy sofisticado. Este no pudo contener el lanzamiento de aproximadamente 4,000 misiles, pero lo más preocupante es el acceso que tuvieron los militantes de Hamás a Israel para capturar rehenes.

 

¿Por qué estos atentados tomaron por sorpresa a Israel?

Hay varios frentes. El frente interno se centra en que Benjamin Netanyahu estaba sufriendo los estragos de tratar de mantenerse en el poder, porque trataba de hacer reformas que no se rigen dentro de los parámetros que representa una democracia. Un segundo elemento importante es que se trató de cambiar la narrativa de que Hamás no se encontraba en la capacidad de poder atacar. Se había visto que sus ataques eran poco efectivos y que ni siquiera lograban penetrar la frontera. En algún momento se tomó esa narrativa, la cual Hamás supo ocultar muy bien. Al mismo tiempo, se desarrollaron los famosos Acuerdos de Abraham, que le servirían a Israel para poder normalizar relaciones diplomáticas con todos sus vecinos.

 

¿Qué significan para Israel los Acuerdos de Abraham?

Estos famosos acuerdos buscaban cambiar la narrativa. Encontraron una manera de permitir que el pueblo sufrido por el holocausto pueda establecerse en un espacio, pero eso impactó en los territorios vecinos. ¿Cuál fue la narrativa? Que Israel estaba invadiendo esos territorios y eso explica una serie de conflictos muy fuertes. Para cambiar esto, Israel trató de buscar un líder que pudiera darle solvencia a la narrativa de aceptar este Estado como parte de esta península de medio oriente. Así ya no serían vistos como invasores. Lo que hizo Israel fue buscar a un líder regional y, en lugar de Irán, buscó a Arabia Saudita.

 

¿Cuál sería la razón externa que promovió el inicio del conflicto bélico?

Quien estuvo apoyando a Hamás fue Irán, que se sentía puesto de lado en esta competencia por qué país de la región de medio oriente tiene el liderazgo. Por el lado de Hamás se ve la intención y aprovechamiento por seguir posicionándose como un grupo radical. El gobierno israelí se sentía muy confiado de tener capacidad de respuesta, pero esto los ha agarrado por sorpresa. No saben, pienso yo, cómo responder. Hamás ya sabe con qué jugar y tiene los recursos. Lo preocupante es que, si lo vemos en un contexto de extremos, los espacios de negociación o la diplomacia quedan de lado.

 

A nivel internacional, occidente se ha mostrado a favor de Israel, pero China aún no rinde una declaración oficial. ¿A qué se debe este silencio?

Hay acciones muy concretas como la de Estados Unidos con el presidente John Biden viajando a visitar a Bejamin Netanyahu e, incluso, mandando refuerzos militares. Se está tratando de buscar algún mecanismo a través de la diplomacia global, pero los intereses de cada país juegan un rol muy importante. Es verdad, la mayoría de países occidentales se han puesto del lado de Israel.

 

No hemos visto declaraciones de países como Rusia, porque tiene una agenda un poco complicada con el tema de la invasión a Ucrania. Pero tampoco hemos visto a China, la cual, pese a que es un escenario de poca probabilidad, tiene problemas territoriales con Taiwán. Yo pienso que China está mirando esto con mucha cautela, pero sí preocupa que haya un silencio de cierto modo cómplice.

 

Gustavo Petro estuvo declarando sobre el conflicto palestino-israelí e, incluso, mencionó que Colombia puede cortar relaciones con Israel. ¿Cómo podemos interpretar esta postura?

Te acabo de hacer una crítica de una China que está callada por el liderazgo que representa para el mundo, pero también es muy errado hacer declaraciones muy sueltas o poco estudiadas. Hablar del holocausto que se viene y ese tipo de cosas son de mal sabor. Mirando la política interna de Colombia, Gustavo Petro tiene que girar un poco la atención, porque tiene problemas domésticos con la denuncia de un familiar cercano por el financiamiento de la campaña. Esas declaraciones son poco estudiadas y deberían canalizarse a través de un organismo como la OEA, que podría buscar una mejor relación. Esta es una situación mucho más compleja y tomar postura no es fácil. Me parece una declaración desatinada.