Un análisis de la Asociación de Contribuyentes reveló que el Ministerio de Infraestructura le costaría a los contribuyentes S/169 millones adicionales para gastos administrativos. Expertos sugieren que, en lugar de crear nuevos ministerios, el Estado debería reducir la excesiva burocracia y generar un entorno próspero para atraer la inversión privada.
El Ejecutivo
anunció la creación del Ministerio de Infraestructura de cara a 2025. Sin
embargo, esta propuesta fue duramente cuestionada por expertos, debido a que
únicamente representa una expansión innecesaria del Estado, lo que se traduce
en mayor burocracia y gasto en planilla. Un informe de la Asociación de
Contribuyentes del Perú (ACP) reveló que la creación de esta cartera
representaría un costo administrativo adicional de aproximadamente S/169
millones anuales para los contribuyentes, monto que excluye los costos
operativos derivados de la gestión de programas y proyectos de infraestructura.
Según el
Instituto Peruano de Economía (IPE), la creación indiscriminada de ministerios
sin un sustento técnico genera cambios innecesarios en la estructura de la
administración pública, hecho que refleja falta de planificación y, a su vez,
genera costos significativos sin aportar valor real. A esto se suma que el nuevo
Ministerio de Infraestructura generaría duplicidad de funciones, debido a que
absorbería tareas que ya llevan a cabo entidades como Autoridad Nacional de
Infraestructura (ANIN) o Agro Rural, adscrita al Ministerio de Desarrollo
Agrario y Riego (MIDAGRI).
De acuerdo con
la economista principal de ACP, Camila Costa, la creación de esta cartera
también es sinónimo de fragmentación del sistema de infraestructura en el país,
debido a que no se conoce qué relación tendría el Ministerio de Infraestructura
con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el cual se encarga de la
asignación presupuestaria para proyectos de inversión. “Sin una coordinación
efectiva entre el nuevo ministerio y el MEF, existe un alto riesgo de que las
decisiones de inversión se politicen, lo que podría llevar a una asignación
ineficiente de los recursos y a la perpetuación de problemas estructurales en
la ejecución de obras públicas”, sentenció.
En la misma
línea, la experta señaló que “la creación de un nuevo ministerio podría desviar
la atención de las reformas estructurales necesarias para mejorar la gestión de
la infraestructura pública en el Perú”. Por ello, sugiere que, en lugar de
seguir expandiendo el aparato estatal, la solución más eficiente para cerrar la
brecha de infraestructura en el Perú radica en la simplificación de los
trámites administrativos y en la promoción de la inversión privada. Es decir,
menos burocracia y mayor apertura para atraer fondos de inversión de la empresa
privada para la ejecución de proyectos públicos.
“La excesiva
intervención estatal ha demostrado ser ineficaz para resolver los problemas de
infraestructura; por el contrario, ha creado un entorno cada vez más complicado
para los inversionistas”, culminó.
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