En el Congreso de la República se aprobó un dictamen que propone la
contratación permanente del personal CAS en el Estado. Esta medida fue
criticada por expertos en materia laboral, debido a que vulnera el principio de
meritocracia y calidad del servidor público.
Ante la proliferación de servicios no
personales o aquellos que no generan relación de subordinación entre el
trabajador y la empresa estatal, el Estado decidió crear en 2008 el régimen
especial de Contratación Administrativa de Servicios (CAS). Actualmente,
alrededor de 353 mil personas fueron contratadas bajo el régimen CAS en Perú,
siendo el Ministerio de Salud (Minsa) el que concentra un mayor número de
personal contratado por esta modalidad (31 mil). Le sigue Educación (20 mil),
Poder Judicial (15 mil), Justicia (13 mil) y Ministerio Público (11 mil).
De acuerdo con lo estipulado por el
Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en 2024, para la creación de puestos de
trabajo bajo el Régimen CAS, el costo de estos no puede superar los recursos
previstos en el presupuesto institucional de los pliegos involucrados. Sin
embargo, el 11 de junio, la Comisión de Trabajo y Seguridad Social del Congreso
de la República aprobó un dictamen que dispone que los trabajadores contratados
bajo esta modalidad de servicios posterior a la publicación de la Ley 31131
(después de marzo de 2021) puedan mantener sus puestos de empleo
indefinidamente.
La iniciativa indica que, de ser
aprobada en el Pleno, estos trabajadores tendrán un contrato indeterminado.
Esto encendió las alarmas de los expertos en materia laboral, debido a que
aseguraron que vulneraría el principio de meritocracia y no mejoraría la
calidad del servicio que ofrecen los empleados del sector público.
El abogado laboralista Ricardo Herrera,
socio principal en el Estudio Muñíz, advirtió que esta norma atenta contra la
calidad del servidor público, ya que los trabajadores CAS no ingresaron bajo un
concurso público de méritos, sino tras un proceso de selección menos exigente.
“Es un proyecto de ley peligroso, que va contra la naturaleza temporal del
CAS y contra la profesionalización de los servidores públicos. Tendríamos
trabajadores indefinidos que se van a burocratizar, y ya no rendir como antes;
nos seguiremos llenando de gente en el Estado sin medir la calidad del
profesional”, sentenció.
Por su parte, el abogado laboralista
Julio Palomino aseguró que esta iniciativa tendrá un impacto económico para el
Estado que quizás ahora no es prudente asumir. Además, quebranta la
meritocracia dentro del aparato estatal. “Los
contratos CAS deben ampararse en un requerimiento real y de necesidad de la
Entidad, y no por favores. Se debe contratar a personal CAS calificado para el
puesto que se necesita cubrir”, señaló.
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