El Senado paraguayo aprobó una norma
que establece “el control, la transparencia y la rendición de cuentas de las
organizaciones sin fines de lucro” con el objetivo de fiscalizar adecuadamente
a qué actividades destinan sus fondos las ONGs. En Perú, la Comisión de
Relaciones Exteriores del Congreso aprobó un dictamen similar que fortalece las
funciones de la APCI, pero aún no se encuentra en la agenda del Pleno.
El Senado de Paraguay aprobó una Ley
que fortalece la supervisión de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) con
el objetivo de conocer a qué actividades destinan sus fondos. El objetivo es
brindar mayor transparencia a los procesos para evitar prácticas ilegales como
el lavado de activos o que este dinero se destine para campañas que alteren el
órden público. Por ello, tras la aprobación de la iniciativa, las ONG tendrán
que inscribirse en un Registro Nacional y rendir cuentas al Estado. Si bien la
medida que establece “el control, la transparencia y la rendición de cuentas de
las organizaciones sin fines de lucro” retornará a la Cámara de Diputados para
su evaluación, este no es el único país que cuenta con normas sumamente
estrictas para supervisar a este tipo de organizaciones.
Por ejemplo, en Estados Unidos todas
las ONGs deben estar correctamente empadronadas y rendir cuentas
periódicamente. De lo contrario, las sanciones pueden ser monetarias, multas de
hasta USD 250,000, o condenas de hasta 5 años de cárcel. Esto es posible,
debido a que se incluye en el proceso al Departamento de Justicia, el cual
puede investigar o corregir inscripciones deficientes. Contextos similares se
viven en Canadá o Reino Unido. Esto pone sobre la mesa la siguiente pregunta:
¿qué pasará en Perú frente a la supervisión de las ONG?
La Comisión de Relaciones Exteriores
del Congreso de la República aprobó un dictamen que fortalece las funciones de
la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) con la finalidad de
conocer qué actividades son financiadas por las ONG. Durante la última década,
la Cooperación Técnica Internacional transfirió cerca de US$400 millones
anuales a Perú, el 60% de estos recursos son utilizados por este tipo de
organizaciones. Sin embargo, en lo que va del 2024, de un total de 3,058
organizaciones que deberían ser supervisadas por la APCI, solo 179 fueron
fiscalizadas (7%), 1,870 no rindieron cuentas sobre el uso de sus recursos, y
solo 276 generaron reportes voluntarios.
En este sentido, es importante conocer
a dónde van a parar estos millonarios presupuestos, debido a que muchas
asociaciones utilizan recursos públicos para financiar campañas de odio o
actividades subversivas que vulneran la democracia e institucionalidad del
país. Pese a que el Ministerio de Relaciones Exteriores aseguró que la
propuesta es viable, la norma tiene sus detractores como el periodista Marco
Sifuentes, quien aseguró que la medida intenta “someter a las ONG”, o el
Instituto de Defensa Legal (IDL), el cual emitió un comunicado afirmando que la
norma vulnera la democracia y los derechos humanos.
¿Por qué tendrían interés en que no se
aprueben leyes que promuevan políticas de transparencia, rendición de cuentas y
compliance? Para el presidente de la Asociación de Contribuyentes del Perú
(ACP), José Ignacio Beteta, esta es una norma con la que “se conocerá para qué
usa el dinero, si es para actividades sociales en beneficio de un sector de la
población o si estos recursos se destinan para ejecutar prácticas que puedan
alterar el orden público. Todo será más transparente”. Por ende, exhortó al
Congreso a debatir en las próximas semanas la iniciativa que favorecerá a todos
los peruanos.
0 Comments
Publicar un comentario
Ingrese su comentario adecuadamente!