Según cifras preliminares de la SUNAT, las exportaciones peruanas habrían experimentado una caída de 12.7% en noviembre respecto del mismo mes del año anterior, informó la Asociación de Exportadores (ADEX).

Aun cuando se espera una cifra oficial en los próximos días, todo indica que las exportaciones acumuladas a noviembre registrarán una contracción de 14.6% en los productos tradicionales y de 9.1% en los no tradicionales. Con estos resultados las exportaciones acumulan un retroceso de 14.9% en los 11 meses transcurridos del 2015.

Los resultados de noviembre no evidencian diferencias sustanciales respecto a meses anteriores pese a que se esperaba que la mayor producción de cobre y el incremento estacional de la oferta agrícola y pesquera ayudaran a mejorar los resultados del año.

Para ADEX, lamentablemente el mayor volumen exportado de cobre y cinc se ve sobrepasado negativamente por la caída de sus precios internacionales. Algo similar sucede con la anchoveta, si bien tenemos una mayor extracción y los volúmenes aumentaron en 4%, el precio ha disminuido en 9%.

Mientras tanto la agroexportación no tradicional experimenta un modesto crecimiento de 3.6% en el mes y las exportaciones manufactureras continúan hundidas en su peor crisis que se recuerda.

“El panorama gris de las exportaciones se ha vuelto una constante desde hace 4 años. El problema es que para las autoridades económicas esto parece haberse vuelto una situación normal y no se inmutan en lo más mínimo pese a que la exportación es uno de los principales motores de crecimiento de la economía”, comentó el presidente de ADEX, Eduardo Amorrortu.

Las estadísticas no revelan la más mínima señal de que las exportaciones hayan tocado fondo y que ya debemos empezar a crecer. Más aún el panorama se complica con las condiciones actuales, en que se tiene un comercio internacional estancado, un entorno nacional menos competitivo y un ambiente político concentrado en las elecciones presidenciales.

“Los exportadores no encuentran elementos sólidos que permitan pensar que en el 2016 se iniciará una nueva etapa de crecimiento”, dijo el líder exportador.

Problemas de fondo

En el día a día, el exportador peruano lucha con un sobrecosto logístico que es cuatro veces más alto que el promedio mundial, enfrenta procesos de fiscalización tributarios y laborales arbitrarios y lesivos, lidia con entre 10 a 15 instituciones públicas que incrementan sustancialmente los costos administrativos y las trabas.

También sufre el retraso en la rebaja del precio de los combustibles y el alza de las tarifas eléctricas y, por si todo esto fuera poco, se ve afectado por una moneda cuyo valor está retrasado respecto de las monedas de nuestros competidores.

“Lamentablemente, el MEF es el santuario del libre mercado que cree que los cambios normativos son suficientes para defenderlo, pero permanece pasivo frente a la ineficiencia de las instituciones públicas, a las prácticas no competitivas y a los mecanismos de corrupción que se han instalado como una forma de hacer riqueza más fácil que la de hacer empresa”, puntualizó Amorrortu.