Exponerse excesivamente y sin protección a los rayos ultravioletas (UV) puede generar serios daños oculares, indicó directora general del Instituto Nacional de Oftalmología (INO) del Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS) doctora Malena Tomihama Fernández, por lo que recomendó el uso de lentes con protección contra los rayos ultravioletas (UV) para evitar lesiones en los ojos.

La directora general del INO destacó que los rayos ultravioletas son invisibles y tienen una mayor intensidad entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde. Señaló que los lentes deben ser adquiridos en ópticas que ofrezcan garantía y seguridad así como evitar comprarlos en puntos de venta ambulatoria.

“Una mala elección de los lentes puede provocar fotofobia o molestias provocadas por la luz, así como la pérdida de la capacidad de adaptación a los cambios bruscos de iluminación”; aseveró Tomihama Fernández.


Otro grave problema que podría conllevar el no usar lentes con filtros UV es el desarrollo de cataratas (pérdida de transparencia del cristalino que permite la adaptación visual del ojo a diferentes distancias), así como pterigión (carnosidad ocular), cáncer de párpados, degeneraciones maculares y alteraciones celulares cancerígenas en la córnea y la conjuntiva (membrana fina y transparente que reviste la superficie interna de los párpados y parte del ojo).

Ante la necesidad de utilizar anteojos, la funcionaria indicó que lo primero que deben hacer las personas es acudir al oftalmólogo para realizarse una evaluación completa y recibir una orientación sobre el diagnóstico y el adecuado uso de las gafas, los cuales deben ajustarse a las necesidades personalizadas de cada paciente.

Del mismo modo recomendó que al adquirir gafas de sol es vital comprender que el color oscuro de lentes no es la única garantía de proveer protección. Explicó que la pupila disminuye y aumenta su tamaño como mecanismo regulador de entrada de la luz y si las gafas son oscuras y sin filtros, reducen la intensidad de luz visible pero no impiden el paso de los rayos del sol invisible y nocivo, lo cual “engaña” a los ojos y lo deja más expuesto.


Asimismo pidió a las personas asegurarse que los lentes de sol no impidan la buena visibilidad, ya que un lente muy oscuro puede interferir con la agudeza visual hasta afectar el desempeño del usuario en actividades cotidianas y de cuidado como por ejemplo conducir vehículos.