Uno de los líderes más entrañables y respetables de nuestra región, doctor Víctor Raúl Lozano Ibañez, quien se desempeñó, los últimos cinco años, como rector de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), dejó este mundo la mañana del último miércoles 14 de octubre.
Su historia comienza en Mache, distrito de Otuzco. Allí, desde 1944, el doctor Víctor Raúl Lozano pasó sus primeros años de vida hasta que llegó a Trujillo a estudiar. Su educación primaria, hasta el tercer grado, la cursó en el distrito de El Porvenir, y luego fue trasladado al colegio José Ignacio Chopitea, en Laredo.
Gracias a la motivación de su profesor y amigo Roger Vásquez Castillo, el doctor Víctor Raúl y su hermano, Santiago, estudiaron también la secundaria. En aquellas épocas, pocos niños podían terminar el colegio y soñar con una carrera universitaria.
El doctor Víctor Raúl Lozano Ibáñez estudió la educación secundaria ya en Trujillo, en gran unidad escolar (GUE) José Faustino Sánchez Carrión. Allí, la igual que en la primaria, se destacó como un alumno sobresaliente.
Narraba el mismo doctor Víctor Raúl —así explicaba su fuerte vínculo con el distrito de El Porvenir— una anécdota de cuando era adolescente: una mañana, un profesor de Química, conocedor de sus capacidades como líder, le dijo que estaban buscando un secretario general para la Juventud Aprista de El Porvenir.
El doctor Víctor Raúl se presentó y ganó sin problemas. Aunque su romance con el partido de la estrella había comenzado en el seno familiar, se hizo tangible en esas circunstancias.
Terminada la secundaria en la GUE, el doctor Víctor Raúl quiso estudiar en Lima, en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Sus padres, lamentablemente, no podía solventar su sueño y le pidieron que desistiera. El entonces muchacho de 17 años no quiso abandonar su sueño y dejó la ciudad de Trujillo, rumbo a la capital. Insistía en estudiar en la UNI.
Esta aventura fracasó, pero el destino le reservaba otros caminos. Volvió a Trujillo para estudiar la carrera de Medicina en la UNT. Una vez más demostró ser un alumno eximio y prometía convertirse en un excelente profesional. Con solo 25 años se graduó como médico cirujano.
Una vez más, quiso tentar suerte en Lima. Para su infortunio, eran las épocas del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado (1970). Su origen liberteño y la coincidencia de llamarse como el líder histórico del APRA le jugaron en contra. Nadie quiso contratarlo para una oficina gubernamental por sus filiaciones políticas. No lo pensó dos veces y volvió a Trujillo.
El doctor Víctor Raúl Lozano Ibáñez, como hombre incansable, fue dos veces diputado de La Libertad (presidió la comisión de Educación de la Cámara de Diputados del Perú), dos veces alcalde del distrito de El Porvenir (en las urnas, ganó con más del 90 % de los votos), teniente alcalde de la Municipalidad Provincial de Trujillo, presidente de los directorios de la Caja Trujillo y Sedalib, promotor fundador de la Universidad Privada Antenor Orrego (1987), decano de la Facultad de Medicina Humana de la UPAO, vicerrector Académico de la UPAO y, finalmente, rector.
Hay que reconocer, además, que en esta ciudad encontró el único amor de su vida, la mujer que lo acompañó hasta el último de sus días: la doctora Yolanda Peralta Chávez. A su lado concibieron cuatro hijos: Raúl Yvan, Katherine Yolanda, Víctor Alexis y Raúl Alexander Lozano Peralta. Todos ellos, excelentes profesionales en sus campos de estudio.
La partida del doctor Víctor Raúl Lozano Ibáñez deja un vacío irremplazable no solo en la comunidad orreguiana ni en el Partido Aprista Peruano, sino en la sociedad liberteña, a la que dedicó mucho tiempo como diputado. Quienes lo conocieron de cerca reconocen en él un espíritu noble, democrático y compasivo. Aunque un gran político y visionario fue mucho más un gran ser humano. Adiós, doctor Víctor Raúl Lozano; que Dios te albergue en su reino.
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