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A la
administración Trump no le importó el TLC vigente desde el 2009. ¿Será una
represalia contra Perú por su acercamiento con China?
Perú gozaba de una relación comercial robusta con
Estados Unidos, quien es su segundo socio comercial después de China. Todo
cambió el 5 de abril de este año, cuando el gobierno de Donald Trump empezó a
cobrar un arancel del 10 % a productos provenientes de 180 países, con quien
respalda la vigencia de un Tratado de Libre Comercio (TLC) desde el año 2009.
"Esta medida no solo
desafió décadas de apertura comercial a nivel internacional; sino que
reconfiguró las reglas del juego para economías emergentes y exportadores
tradicionales, como es el caso de Perú", indica Alonso Gómez Sánchez en un artículo publicado
en Editorial, Economía y Finanzas.
Sin duda, esta medida se inscribe en un paquete regional que afecta a más de
veinte países latinoamericanos con tasas similares o mayores.
Hay que tomar en cuenta que el
TLC permitió la entrada libre de aranceles para el 98 % de las exportaciones
peruanas lo que se tradujo en un crecimiento sostenido de exportaciones
valoradas en miles de millones de dólares y que comprometió a sectores como la
agroindustria, pesca no tradicional, minería no metálica y textil. Por ejemplo,
en 2024, Perú exportó un total de US$ 9,535 millones, siendo las
agroexportaciones el mercado más sólido con un 35.5% de los envíos al mundo.
Países con menor alineamiento o disputas con EE. UU.
enfrentan tasas sustancialmente más elevadas, como Brasil (50%) o Nicaragua
(18%). Este
nuevo esquema arancelario refleja un endurecimiento de la política comercial
estadounidense hacia la región, donde la reciprocidad es una bandera pero
también una herramienta de presión para modificar comportamientos económicos y
regulatorios.
Chancay en la mira
Por otra parte, Estados Unidos ve con preocupación la
operación del megapuerto de Chanchay, construido y administrado por China. “Chancay podría incluso ser utilizado por la
marina china para apoyar operaciones contra la costa oeste de Estados Unidos”,
indica Evan Ellis, quien es profesor del Instituto de Estudios Estratégicos de
la Escuela de Guerra del Ejército estadounidense.
Dentro de las soluciones, la Sociedad de Comercio
Exterior del Perú (ComexPerú) recomendó que el gobierno peruano no debe ser
reaccionario ni represivo. "Aplicar
represalias arancelarias no solo sería contraproducente, sino que encarecería
productos de consumo básico en el mercado interno. Del mismo modo, ofrecer
incentivos tributarios sin análisis técnico puede debilitar la estabilidad
fiscal a largo plazo. La estrategia debe estar centrada en fortalecer nuestra
competitividad", señaló la organización.
Finalmente, el Ministerio de Comercio Exterior y
Turismo adelantó que viene fortaleciendo acciones orientadas a la
diversificación de mercados y promoción de la oferta exportable peruana en
otros destinos. “Estamos participando activamente en ferias
internacionales, misiones comerciales y ruedas de negocios, como parte de una
estrategia complementaria que busca reducir riesgos y abrir nuevas
oportunidades para nuestros exportadores”, postula la ministra Desilú León
Chempén.
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