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Ellos son dos de los 59 estudiantes de todo el país que están
siendo capacitados en el PEU OSIPTEL, en el campo de la regulación de las
telecomunicaciones y de la gestión pública.
Desde pequeños, Daniela Sara Quispe (Cusco) y Diego
Sarayasi Pachas (Arequipa), becarios del Organismo Supervisor de Inversión
Privada en Telecomunicaciones (OSIPTEL), fueron testigos de cómo algunas
localidades alejadas de su región carecían de servicios básicos (agua, luz),
tampoco podían comunicarse. En algunas zonas, las limitaciones de acceso a
telefonía o internet aún se mantienen. Conscientes de esta realidad, ellos
persiguen un objetivo en común: mejorar la calidad de los servicios de
telecomunicaciones de los que más lo necesitan.
De Sicuani al PEU OSIPTEL
Daniela,
egresada de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) de
Lima, descubrió su pasión por la carrera en la oficina de su papá Raúl, abogado
litigante de profesión. “A veces me quedaba a acompañarlo leyendo algunos casos
que me pedía revisar. Un día me llevó a una audiencia y experimenté en vivo
cómo alguien podía defender los derechos de las personas. Allí supe lo que
quería hacer con mi vida”, dice.
En sus
clases de derecho de las telecomunicaciones, se enteró sobre el Programa de
Extensión Universitaria (PEU) del OSIPTEL, que brinda especialización en el
campo de la regulación de las telecomunicaciones y de la gestión pública. Así
que se animó a postular. Para orgullo de sus padres y su hermana menor, quienes
aún radican en Cusco, ella logró acceder a una de las 60 becas y, ¡lo hizo en
el primer lugar!
“Tenía
expectativas muy altas del curso. Sabía que iba a conocer a jóvenes de
distintas partes del Perú, iba aprender sobre su cultura y formas de ver el
mundo. Considero que estos cursos son parte del networking que puedes formar a un futuro”, afirma Daniela, quien
desde el colegio destacó por buenas calificaciones. Su otra pasión, los
números, la llevaran a representar a su natal Sicuani en diversos concursos de
matemática en la etapa escolar. También integró clubes de ecologistas,
periodistas y fiscales escolares.
El PEU
OSIPTEL a Daniela le ha permitido tener un enfoque más crítico sobre las
telecomunicaciones desde el aspecto no solo legal, sino también técnico y
económico. Y ha podido reforzar lo aprendido en su primer acercamiento con el
rubro de las telecomunicaciones, cuando realizó sus prácticas en Entel, en el
área de infraestructura de redes. En ese entonces no entendía qué era una
antena base ni cómo funcionaba el 2G, 3G, 4G o 5G, o qué implicancias originaba
la caída de una antena.
“Gracias
al PEU sé que son servicios muy importantes para el desarrollo de los derechos
fundamentales de las personas”, asegura. Además, le permitió definir en qué se
especializará: en políticas públicas en el sector de las telecomunicaciones.
Ahora está enfocada en trabajar una investigación sobre la ausencia de
regulación del Ministerio de Cultura para el despliegue de infraestructura de
redes en el Centro de Lima.
Experiencias retadoras
A pocas
semanas del cierre de la convocatoria de la edición 28 del PEU OSIPTEL, Diego,
egresado de Ingeniería de Telecomunicaciones de la Universidad Nacional de San
Agustín de Arequipa (UNSA), decidió probar suerte en el programa y quedó entre
los diez seleccionados de su especialidad, en regiones. “Mis papás no me creyeron
hasta que vieron mis pasajes del avión. Se sintieron orgullosos”, recuerda el
joven arequipeño, quien tuvo que dejar a su familia para llegar a la capital y
poner a prueba sus conocimientos.
Aunque
sus padres intentaron empujarlo a la vida militar o la mecánica, desde niño ya
le apasionaban las telecomunicaciones. Recuerda su pequeño celular Nokia, su
primera experiencia con el internet, incluso imaginó la realidad virtual. Poco
después, se enteró por las noticias que se estaba implementando la realidad
virtual. Sintió que era la carrera del futuro, y no se equivocó.
En 2023,
Diego realizó sus prácticas en Claro, donde participó en el proyecto de red
privada virtual, que consistía en levantar enlaces VPN en la región sur del
Perú. Una de sus tareas fue llevar equipos a zonas como Camaná y Mollendo,
también configuró routers de manera
remota.
“El PEU
OSIPTEL ha sido muy retador para mí, porque a la par estuve llevando mis
últimos cursos de la universidad. Ahora puedo decir que soy egresado”, cuenta
orgulloso. Para despejar la mente, en su estadía en Lima, junto a sus amigos
Fabricio (también de Arequipa) y Alejandro (de Chiclayo) manejan bicicleta,
juegan fútbol. Incluso fueron a alentar al Melgar en el Monumental.
A futuro,
Diego sueña con participar en un proyecto de tendido de fibras en lugares
alejados, como Coporaque, una localidad arequipeña sin acceso casi a servicios.
“Se podría realizar el tendido de fibra a través de los cerros, como en Camaná,
donde cruza todo el desierto. En Coporaque, los niños estudian solo con 10
megas de internet por enlace microondas, no llega la fibra. Les demora en
cargar la información, pero puedes ver sus caras de felicidad cuando logran
acceder al contenido que desean”. Eso le inspira a trabajar por ellos.
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